Enamóralos de la lectura

Puede ser un regalo económico y de valor incalculable

Por Camile Roldán Soto / end.croldan@elnuevodia.com

En medio de la avalancha de juguetes, figuras de acción y juegos electrónicos en el mercado puede perderse de vista el atractivo de un regalo de Navidad económico con valor incalculable: el libro.

A través de la lectura, los niños pueden transportarse a mundos diferentes, explorar sus sentimientos y emociones y ampliar el vocabulario, entre muchos otros beneficios, explica la doctora Hilda Quintana, profesora de la Facultad de Educación de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras.

“Las investigaciones demuestran que los niños que leen desde temprano en la vida aprenden a amar la lectura, la mayoría se convertirán en lectores y demostrarán interés y amor por los libros”, apunta.

Al leer junto a sus hijos, afirma la doctora Quintana, los padres también fomentan intimidad al compartir con ellos momentos de cercanía física y emocional.

La doctora Hilda Quintana, profesora de español del recinto metro de la Universidad Interamericana, sostiene que la lectura favorece el desarrollo de otras destrezas, entre ellas la escritura.

“El niño que lee, va a escribir”, subraya.

Además de fomentar el hábito de la lectura en el hogar, a medida que los niños crecen los padres pueden afianzar el interés por los libros al llevarlos a presentaciones, lecturas de cuentos y ferias de libros.

Las editoriales están mucho más atentas ahora, precisa Diana Bernard, de Editorial SM, a satisfacer la demanda literatura para preadolescentes y adolescentes.

La casa editora celebra todos los años el Certamen de Literatura Infantil El Barco de Vapor, para estimular y ofrecer la oportunidad de publicar las obras de autores que estén dirigidas al público infantil de diferentes edades.

Las doctoras coinciden en que aún muchos niños obtienen su primera experiencia literaria en la escuela y no en el hogar. Por lo tanto, señalan que el papel de los educadores es fundamental para capturar el interés por la lectura.

“No nos corresponde a los maestros poner excusas ni quejarnos”, observa. “Nuestra responsabilidad es tomar el niño en el nivel que esté y comenzar a leerle desde ese momento”.

(Fuente: Dra. Ruth Sáez Vega, Facultad de Educación Universidad de Puerto Rico recinto de Río Piedras, Dra. Hilda Quintana, Facultad de Educación, Universidad Interamericana Recinto Metro.)