"Aurora Boreal" iluminando el cielo entre Levajok y Tana Bru, al norte de Noruega, EFE/Tore Meek
Aurora era la diosa romana del amanecer. Cada mañana sobrevolaba el cielo anunciando la llegada del sol y de un nuevo día. Boreas era el dios del viento del norte y era representado como un hombre violento, de temperamento fuerte que tenía serpientes en lugar de pies y era el encargado de traer el invierno.
La Aurora Borealis recibe el nombre de la unión de estos dos dioses, la llegada del viento solar al campo magnético de la tierra en la cercanía del polo norte. Un complicado fenómeno físico que se produce en la ionosfera y que es el producto de la colisión de protones y electrones con los átomos de oxígeno y nitrógeno. Esa reacción física produce una liberación de energía en forma de luz verde o rojiza si predomina el oxígeno o de color azul o rojo intenso si lo es de nitrógeno.
Como suele suceder, la explicación científica es menos espectacular que el fenómeno en sí mismo. La mejor demostración de una Aurora es poder presenciarla en directo y si no es posible, al menos en video. El que acompaña esta nota fue producido por Terje Sorgjerd , un fotógrafo noruego que durante una semana fotografió una de las mayores auroras boreales de los últimos años. Armado con su cámara y soportando temperaturas de 25 grados bajo cero, este es el resultado de su trabajo.
The Aurora from Terje Sorgjerd on Vimeo.
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